Es fácil dejarte arroyar por la Navidad, es fácil permitir que te lleve la inercia de las prisas, de las compras, de los pleitos y que pierdas el centro entre tanto villancico.
Sin embargo, hay dos palabras mágicas que cuando menos a mi arrebatan de los brazos de Santa Clos y me traen de regreso a mi centro. Esas palabras son PARA QUE.
PARA QUE celebro la Navidad, PARA QUE compró regalos, PARA QUE corro, PARA QUE me peleo y cuando tengo el PARA QUE en la cabeza encuentro el propósito de todo y suelto lo que no necesito, lo que no tiene un PARA QUE, que realmente me satisfaga.
No te pierdas este video que hice con todo cariño para ti y cambia de correr, comprar y pelear a comer, rezar y amar.
¡¡Feliz Navidad!!