Sin embargo, hay una parte del 14 de febrero que me gusta y esa es la parte de la amistad, de celebrar algo tan hermoso como lo es un buen amigo.
En mi vida he tenido muchos amigos, algunos han permanecido conmigo desde que jugábamos en recreo y otros han sido pasajeros. Con algunos me he reído hasta llorar y con otros he llorado hasta reírme.
Mis amigos me recuerdan quien soy y me regresan al camino cuando estoy perdida. Con ellos he aprendido a soltar la razón mientras arreglamos y desarreglamos el mundo.
Por eso hoy, respetando tu sagradísimo derecho a hacer lo que se te pegue la gana, quiero invitarte a agradecer la amistad en tu vida. A valorar a esa maravillosa familia del alma, recordando que;
Un amigo acompaña tu camino, calla tus silencios, ríe tus sonrisas, interpreta tus miradas, perdona tus errores, abraza tus lágrimas y enciende tu luz con su luz.
¡¡A celebrar!!
Elena Santos