No dejes que cunda el pánico y sabe que es una señal inequívoca de que eres homo sapiens.
Pues resulta ser que nuestro maravilloso y super funcional cerebro, del cual sólo usamos un cachito, tiene básicamente la misma estructura que el cerebro que tenían nuestros abuelos en las cavernas.
Así que, por motivos de supervivencia, los abuelos necesitaban ser mucho más pesimistas y aferrarse a las experiencias negativas, para mantenerse vivos en un territorio lleno de peligros en donde ellos eran el rival más débil entre tigres dientes de sable y mamuts.
Sin embargo, ahora que nos hemos convertido en los reyes de la jungla de acero y que no necesitamos tanto miedo para sobrevivir, seguimos nuestro viejo cableado cerebral que sólo nos hace la vida miserable y nos llena de estrés.
Esto no tiene que seguir siendo así. Existen tres estrategias fundamentales, según mi gurú Marie Forleo, que puedes seguir si quieres cambiar los patrones ancestrales.
SE CONSCIENTE
Cuando te claves en el pesimismo, recuerda que es tu cerebro conectando a patrones de sobre vivencia. Si no encuentras ningún tigre acechando, relájate.
MUEVE TU ATENCIÓN
Con completa intencionalidad, distráete de esos pensamientos de miedo. Sal, diviértete, ayuda a alguien, cualquier cosa que te saque de la espiral de pensamientos negativos y te lleve a unos mucho más felices.
ATESORA LO POSITIVO
Cada vez que vivas, pienses o sientas algo positivo, atesóralo en tu mente y en tu corazón por 20 segundos, al menos. Llénate de sentimientos alegres y amorosos que sean el antídoto perfecto para esas ansías locas de buscar mamuts en donde no los hay.
Espero que éstas estrategias te sirvan para calmar al cavernícola que vive en tu cerebro y puedas encontrar la paz.
Recuerda que en tu mente sólo piensas tú.
Luz para ti,
Elena Santos