Sabes, yo tengo una familia llena de tías a las que amo profundamente pero a las que les encanta el drama. Les encanta quejarse, sacar las cosas de contexto, exagerar y chismear.
Cada pequeño desacuerdo es la oportunidad perfecta para victimizarse y armar un culebrón digno de los estudios Churubusco.
Es por esto, que los festejos familiares se pueden convertir en una versión de mercado de lágrimas, que a mi la verdad me da desde una flojera terrible hasta una furia animal cuando se meten conmigo o con los míos.
Así que, para evitarme éstos episodios de la Rosa de Guadalupe, versión mi familia. He implementado estos tres pasos que me dio mi maestra Marie Forleo y ¿qué crees? sí funcionan. Pruébalos y deja al Canal de las Estrellas en el pasado.
1. NO TE ENGANCHES
Ya sé que te lo ha dicho todo México y no sabes como. Pues para no engancharte, necesitas conectar con la compasión que hay en tu corazón. Date cuenta que si alguien hace drama es por que en realidad está pidiendo ayuda. Si lo puedes ver desde esa perspectiva, regresas al centro y desde la compasión no te enganchas.
2. PON LÍMITES
Tú y sólo tú eres responsable de la energía que permites que entre a tu vida. Tú decides que está bien y que no. Pon reglas y actúa en consecuencia.
3. RECUPERA TU PODER
Quítales a los demás el poder de sacarte de centro. Elige estar en paz. Tu puedes.
Espero que como a mi, estos tres pasos te sirvan para dejar de sufrir y empezar a disfrutar a tu familia.
Muchas bendiciones,
Elena Santos