Ahora si, entrando en tema. Esa señora tan primorosa de la foto es nada menos y nada más que mi tía Delia. La más chica de los 8 hermanos de mi abuela materna.
Te la presento porque ella tiene una frase que no sólo dice, sino que en los 90 años que ha circulado por éste mundo también vive y la frase es:
EL QUE NO VIVE PARA SERVIR NO SIRVE PARA VIVIR
Tómala, es una gran gran frase y la mera verdad que me tarde un montonal de años en verdaderamente entenderla.
Tu no estás para saberlo, pero yo me pasé mucho, mucho tiempo de mi vida tratando de llenar mis vacíos existenciales con cosas. Pretendiendo encajar en una tribu que no era la mía y buscando mi valía afuera.
Por supuesto que, sin ningún resultado, pero yo soy súper perseverante por no decir requetenecia así que bien infeliz, pero firme en mi propósito.
Hasta que un día me cayó el viente de que me iba a morir. Sí, que un día iba a dejar de habitar éste primoroso cuerpo e iba a colgar los tenis sin remedio alguno y ese día entendí que mi tesoro más valioso era mi tiempo y que cuando se me terminara quería dejar algo en éste mundo más allá que un montón de cosas.
Así que, la frase de mi tía Delia, que había escuchado miles de veces, cobró sentido.
Yo, Elena Santos, quiero servir para algo en ésta vida. Desde el fondo de mi corazón quiero servirte para lo que sea, que tú necesites que te sirva y darle así un propósito a mi vida porque para eso estoy aquí, a eso vine, a extender el amor y la paz y la luz que soy a ti y a todos mis hermanos.
Así y sólo así estoy sirviendo porque de verdad que el que no vive para servir no sirve para vivir.
¿Y tú sirves?
Muchos besos,
Elena Santos