Las pruebas de lo antes dicho son:
No tengo problema con no salir y necesito confesarme a cada rato.
Así que, ahí les va mi confesión:
Yo confieso que en ésta cuarentena en veces estoy muy animosa, quiero sacarle todo el provecho y salir renovada. En un sólo día quiero escribir el libro, plantar el árbol y tener el hijo.
En veces sólo quiero decir fuchi, caca, popó gallina e irme a dormir.
¿Y sabes qué? Es lo que hay y está perfecto.
Fin de la confesión.
Si tú te sientes igual que yo, bienvenido al club, relajémonos y a fluir con lo que hay.
Por piedad dejemos la exigencia y fluyamos ante ésta situación tan extraordinaria. Se vale ser compasivos, amorosos y presentes con cualquier emoción. Para eso estamos en cuerpo, para sentir.
¡Suelta el control y comienza hacerte cargo!
Bendiciones y luz,
Elena Santos