Pasado mañana se celebra el día de acción de gracias en nuestro vecino país y aunque yo personalmente no lo celebro con pavo, se me hace una costumbre muy sana el hacer una alto en la vida para agradecer.
Así que saqué del cajón de los recuerdos del blog, este mensaje que escribí hace unos años, pero que está super vigente hoy y siempre.
Tú no estás para saberlo, pero yo crecí en una familia en la cual todo era una obligación. Una familia en donde a menos que hicieras un transplante de cabeza, exitoso para las dos partes, nada era motivo de agradecimiento o de celebración.
Yo así estaba acostumbrada, hasta que un día descubrí una palabra de siete letras que cambió completamente mi perspectiva de la vida. Ésa palabra es GRACIAS.
Hoy se que que cuando agradezco conecto con la parte más elevada de mi misma con mi vibración más alta.
Cuando digo gracias, pongo mi atención en el sí. En lo que sí tengo, en lo que sí puedo, en lo que sí hago y donde pongo mi atención pongo mi energía y eso crece.
Agradecer me hace darme cuenta de todas las bendiciones que tengo en mi vida, desde un hermoso amanecer hasta los maravillosos colores de una mariposa y sentir el aire tibio en mi cuerpo, escuchar una voz que me dice mamá, saborear la dulzura de una fruta y saber que puedo disfrutar todo esto porque estoy viva, porque estoy consciente.
Agradecer convierte eso que hago todos los días en magia y esa magia me lleva a sentirme plena y feliz.
Así que hoy quiero invitarte a que tú también contactes con el agradecimiento, que tú también digas esa palabra de siete letras para que puedas sentirte feliz realmente feliz, sólo porque estás vivo.
Hoy, da gracias a cada sonrisa, a cada palabra amable, a cada jacaranda en flor, a cada pájaro que vuela. Dile gracias a la vida y sobretodo date las gracias a ti por ser tú.
Yo, desde el fondo de mi corazón, te digo esa gran palabra. Gracias por leerme. Gracias por acompañar mi camino. Gracias por ser parte de mi vida.
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS
Elena Santos