Después del blog de la quincena pasada sobre la inutilidad de preocuparse, recibí muchos mensajes preguntándome cómo mantener la paz.
Si te lo perdiste, te dejo la liga abajo para que lo leas.
Así que ahí les va, la archienemiga de la paz, lo que te hace sufrir, es la resistencia. El no aceptar lo que es como es. Nada más.
Para vivir serena, lo único que necesito es cooperar incondicionalmente con lo inevitable.
Yo veo la vida como un río caudaloso, hay dos formas de nadar en él. De muertito disfrutando el paisaje o a contracorriente con un esfuerzo bárbaro y sufriendo.
La verdad a mi me funciona mejor la filosofía del gran maestro Baloo. Si te acuerdas, Baloo flota por el río relajado dejándose llevar.
¿Eso quiere decir que no tengo que hacer nada y me puedo dedicar a la flojera total?
Noooooooooooo
Lo siento, sé que ya te habías emocionado.
Más bien quiere decir que ante lo que ES. Ante lo irremediable, ante lo que no está en mis manos, acepto profundamente, me rindo y me dejo de resistir. Floto a la Baloo.
¿Entonces quiere decir que no me importa nada?
Noooooooooooooo
Obviamente cuando las cosas no son como yo quiero cuando yo quiero, no me gusta.
Sin embargo, aceptar es aceptarlo todo, también mis emociones, mi enojo, mi tristeza, mi desencanto. Flotar con ellas en paz, sin pelear, aceptando.
Esa es la idea, soltar totalmente la resistencia. Porque finalmente en esta vida que se mueve, el dolor es obligatorio, pero el sufrimiento es opcional. Tú eliges.
Bendiciones miles y a flotar,
Elena Santos