Tú no estás para saberlo, pero tengo una invasión de moscos en mi cuarto. Es una pesadilla en la calle del terror.
No me dejan dormir, se me meten a la nariz. Si, a la nariz, me zumbó un mosco adentro de mi nariz en medio de mi merecido descanso.
También, me picaron el párpado y me dejaron el ojo al mas puro estilo Rocky Balboa después de la pelea.
Y el asunto es que yo en el medio de la noche insomne y agotada, me debato entre el Buda de la Compasión y respetar toda forma de vida y empezar la guerra nuclear contra el enemigo zumbante.
Toda ésta falta de sueño me ha llevado a pensar mucho en las palabras del Dalai Lama.
«¿Crees que eres demasiado pequeño para hacer una diferencia? Intenta dormir con un mosquito.»
Así que, si el méndigo mosco me lleva a los infiernos del sufrimiento cada noche. Si una criatura así de pequeña trastorna tanto mi vida:
¿Qué puedo hacer yo para ser el cambio que quiero ver?
¿Y tú?
Paz en tu vida,
PS. Por si andabas con la duda, sí, les he declarado la guerra nuclear y me los echo sin piedad.
Elena Santos
