Pues te cuento que ultimamante he andado un poco incómoda.
Entre los moscos de terror en las noches, las lluvias sin piedad, los temblores, pero sobre todo con esto de que aún con la vacuna te puedes contagiar, estoy molesta, de malitas y en un constante guácala.
Y oyendo un podcast de Marta Ro que se llama El Poder de lo Incómodo, me cayeron muchos veintes sobre la incomodidad y la enorme importancia que tiene en mi vida y en la tuya también.
Yo, como todos los consumidores de tecnología moderna, vivo secuestrada por dos ideas:
La primera es la inmediatez, todo tiene que estar de inmediato, tengo cero tolerancia a la frustración y a la espera.
La segunda es la cultura de lo bello y perfecto. Todo lo que se muestra en redes es hermoso. Así que, si lo que estoy viviendo no es hermoso, estoy mal yo y además soy la única bicha rara.
Estas dos ideas me llevan a buscar un quick fix para todo, una varita mágica que me sana sin tener que pasar por el desagrado, por la incomodidad que todo proceso de cambio trae.
El problema del quick fix es que oculta el mensaje que lo incómodo te brinda y ese mensaje en todos los casos es muévete.
Si, muévete porque ahí donde estas ya no perteneces. Es tiempo de ir al siguiente nivel de lo que sea que estés en la vida para trascender.
Además la incomodidad no se va con el quick fix, sólo es otro tipo de incomodidad. Una que no te lleva a avanzar ni a crecer.
Así que escoge tu incomodidad, quieres de la que te hace crecer o de la que no.
YYYYYYYYY te tengo noticias, el crecimiento dura para toda la vida así que la incomodidad también, más vale hacer las paces con ella, aceptar y moverse en amor. Finalmente como dice Marta el que no crece se encoge.
¡A crecer!
Bendiciones miles,
Elena Santos