Estamos en el fin del ciclo escolar y para mi es momento de reflexión. De pensar cómo voy y mirar mis éxitos y mis áreas de oportunidad.
Antes, antes, antes, cuando no sabía que existía éste síndrome y que tenía cura, me sentía la más loser porque ningún éxito por más exitoso que fuera, era suficiente.
Iba por la vida persiguiendo metas y cuando las alcanzaba, era como morder un algodón de azúcar. MMMM una explosión dulce deliciosa de un segundo y luego naaaaada.
Esto volvía a empezar y a terminar una y otra vez, mientras en mi mente había un pensamiento constante de; lo alcanzaste de chiripa, la verdad es que eres un fraude y cuando alguien se de cuenta te van a quitar tu logro.
¿Te suena? Muuuuy probablemente si, porque le suena a un porcentaje altísimo de la población, incluyendo a gente súper exitosa como Jennifer López, Maya Angelou, Michelle Obama y hasta al mismísimo Albert Einstein.
Aunque no lo creas, Einstein pensaba que se le daba demasiada importancia a su trabajo, que en realidad no era para tanto, decía el señor que cambió radicalmente la concepción del Universo.
¿Qué tal?
Lo que padecemos todos estos personajes tan exitosísimos y yo y a lo mejor tu también, se llama síndrome de impostor y hace que sientas una insatisfacción ante tus logros combinada con un pensamiento oculto de no me lo merezco, no estoy capacitado y tengo que ocultarme porque alguien se puede dar cuenta de que soy un fraude.
Este síndrome nos mete a una carrera loca por tener más logros, tomar más cursos, acumular más bienes, trabajar más, más, más, más y más, para demostrar que no soy un impostor, aunque en el fondo se que si.
Si sospechas que eres del club de los impostores, te tengo una buena y una mala.
La buena es que tiene cura, la mala es que hay que chambiarle.
El primer paso para sanar es aceptar que lo tienes. Para eso te voy a dejar un test. Si contestas que si a más de dos preguntas, bienvenido al club, lo tienes yyyyyy necesitas reconocerlo en tu vida para poderlo cambiar.
Aquí también te tengo una buena y una mala. La buena es que te voy a decir como curarlo, la mala es que va a ser en el próximo correo dentro de 15 días. No queremos hacer aquí una biblia así que, stay tuned.
Bendiciones muchas y recuerda que,
No eres tú, es el síndrome de impostor
Elena Santos