¿VIVES BIEN?

¿VIVES BIEN?

Tú no estás para saberlo pero el viernes fue mi cumpleaños, cumplí 54 añotes de andar circulando en éste mundo.

Así que hoy, tomando la idea de mi querido Nacho Madrazo, me doy cuenta de que más que pedir un deseo en el pastel, puedo reconocer que tengo.

Tengo una hermosa conexión con Dios y con su creación.

Tengo la fuerza que deja el sortear crisis que jamás pensé que enfrentaría y mucho menos superaría.

Tengo tres hijas y una nuera que me llevan a crecer, a aceptar y a aprender. Tengo a un Pedris que después de 32 años sigue siendo mi porristo, mi amiguis del alma y mi más grande sostén.

Tengo los primos más hermanos, que llenan mis días de risas y de la complicidad de ser de la misma camada.

Tengo a mis amigas del antro colegas del saber, de la cultura, de la historia y del profundo amor por México.

Tengo amigos que ríen conmigo hasta llorar y lloran conmigo hasta reír, que acompañan mis silencios, mis sonrisas y aprietan mis abrazos.

Tengo una salud férrea, resultado de noches de paz y de un cuerpazo que sin importar como se vea, me ha aguantado en todas.

Tengo un proyecto de vida que me entusiasma y me llena de orgullo al ver como sesión a sesión los ojos de mis alumnos y de mis coachees se llenan de luz.

Tengo la satisfacción que da el servir con amor y vocación y la enorme recompensa de ver la sonrisa chimuela de 20 años de trabajar por y para los niños.

Tengo un profundo agradecimiento por la vida, por la materia y el espíritu que soy, por la conciencia que me lleva a entenderlo y por la paz que acompaña mi luz.

Tengo la visión suficiente para saber que la perfección no existe y que la herramienta más poderosa es mi mente para crear la vida que quiero vivir en mi interior porque, no hay nada afuera.

Tengo la humildad de ser maestra mientras soy alumna, con la certeza que me da el saber que la vida es muy corta para no tener mi propósito claro, para no servir para algo, para no ser auténticamente yo.

Tengo un montón de gente, como tú, que me lee y me permite extender el amor de Dios.

Y hoy puedo decir que si soltara este cuerpo, me iría con la enorme satisfacción de dejar el mundo un poco mejor de lo que encontré y eso es para mi, vivir muuuuy bien.

Y tú ¿qué tienes?

Mucho amor,

Elena Santos