Empezamos el año, ahora si, en forma y con todo. 365 días nuevecitos para hacer con ellos lo que tú quieras y eso me pone a pensar cuántos años en mi vida desperdicié en suposiciones, en pensamientos tarugos, en estrategias para controlar, en miedos, en preocupaciones que después jamás pasaron.
Este año, este 2023, eso se acabó. Este año me rindo.
Me rindo totalmente.
Me rindo ante la luz que soy, ante el amor al que pertenezco. Me rindo ante el camino que tracé para mí y que después olvidé.
Este año me rindo ante el milagro de la vida. Me rindo ante la maravilla de Dios y dejo que alguien mucho más capacitado que yo tome el timón de mi vida.
Voy de copiloto y me dedico a aceptar lo que es como es.
Este año yo confío en que estoy en las manos amorosas de un Ser que me lleva a completar un plan que muchas veces no entiendo y para dejarlo maniobrar, para permitir que sea lo que es, me rindo.
¿Y tú, por fin te rindes?
Luz, luz y más luz,
Elena Santos