Fíjate que, cuando yo era chiquita, veía el año 2000 lejísimos y pensaba que cuando llegara iba a ser una viejita. Iba a tener 32 años. Una niña muy ingenua era yo.
Y tú no estás para saberlo, pero el jueves pasado, justo cumplí 32 años, pero de casada. Si señor, 32 años de casada.
¡Toda una vida!
¿Cómo se llega a los 32 años de casada, cómo se mantiene una relación durante tanto tiempo?
La verdad es que es muuuuy sencillo. Simplemente hay que saber elegir, nada más.
A veces vamos por la vida, pensando que no tenemos poder de elección. Que estamos de alguna forma predeterminados y que no podemos escoger.
Nuestra vida, día a día, momento a momento es una elección. Consciente o inconscientemente vamos tomando decisiones todo el tiempo.
Y la elección más trascendente a la que yo me he enfrentado es elegir la paz.
Así es, hoy a mi vetusta edad es lo único que elijo.
No, no elijo la felicidad, ni la abundancia, ni la plenitud, esas llegan por añadidura. Lo único que yo elijo es la paz y suena fácil, pero no lo es tanto, porque elegir la paz implica dejar de lado la necesidad de tener la razón, la necesidad de alabar al ego, la necesidad de ganar, la necesidad de tener más y de ser más.
Cuando yo elijo la paz, lo que elijo es la conexión con Dios porque Dios es esa paz. Lo que yo elijo es la conciencia porque sólo en conciencia puedo estar en paz.
Así que, si tú quieres tener una buena relación, una vida en plenitud, elige la paz todos los días, a cada minuto, elige la paz.
YYYYYYYYY si quieres saber cómo se le hace, léeme la próxima quincena.
TO BE CONTINUED…
CAN CAN CAN CAN CAN CAAAAAAAN
Paz par ti,
Elena Santos
