Tú no estás para saberlo, pero una vez a la semana, yo hago yoga. No soy una gran yogini, pero si me gusta la sensación de estirarme y retar a mi cuerpo con posturas rudas. Me gusta ver como poco a poco voy mejorando y puedo llegar más lejos en mi cuerpo y en mi mente.
El jueves de yoga me ha enseñado grandes cosas. Una de las más importantes es que, según los maestros, en el yoga hay picos y hay valles.
Los picos son estas posturas tremendas, en donde te tiembla todo, sufres, sudas y los valles son estas partes, donde no te cuesta trabajo y estás relajada y disfrutando.
Es muy importante respetar los valles, porque si yo no descanso en los valles, si yo no me relajo y disfruto, cuando llegan los picos, no puedo con ellos. Lo mismito pasa en la vida.
En la vida hay picos en donde sufro y sudo y me duele y ya no quiero y estoy pensando a qué hora se va acabar esto. Pero también hay valles en donde todo está bien.
Los picos requieren de mi fuerza, requieren de mi presencia, de mi conciencia y los valles son momentos para descansar, para relajarte, para disfrutar.
Si tienes la fortuna de estar en un valle descansa, deja de sobre pensar, de alimentar ideas catastróficas, de tratar de resolver cosas que no han pasado. Simplemente descansa, porque no lo dudes, va a llegar un pico.
Disfruta tus valles,
Muchas bendiciones,
Bendiciones,
Elena Santos