Es que no se puede tener todo en la vida, pues ¿qué crees? Sí se puede, de hecho en ese momento perfecto, en esa comida deliciosa lo tenía todo y yo solita con el poder de mi pensamiento lo arruine llenándolo de culpa.
¿Quién soy yo para merecer tanto? ¿Acaso soy la dueña del universo? Pues no, pero soy la hija del dueño y eso me da el derecho de disfrutar de la creación completa.
Así que para transformar ésta culpa y disfrutar sin remordimientos de todo lo bueno que tiene la vida para ti, te dejo 5 pasos que me han ayudado a pasar del susto al gusto.
1. Entender que la culpa no sirve para nada
No da frutos, no te permite avanzar, no fomenta tu crecimiento. Lo único que hace es arruinarte el momento y la vida si la dejas.
2. Hacerte consciente de que la felicidad es ilimitada
La felicidad es una elección personal y el que tu decidas ser feliz no le está quitando nada a nadie.
3. Saber que tu ejemplo cuenta
Cuando tú eres sin culpa los demás pueden ver en ti un ejemplo a seguir, de forma inconsciente le estás dando “permiso” a otro para también ser feliz.
4. Comprender que mereces todo lo bueno
Por el simple hecho de ser, mereces todo lo bueno que el universo tiene para ti. Es una gran soberbia contradecir esta ley, así que ábrete a recibir. Te lo mereces.
5. Transformar la culpa en algo útil
Si tienes la dicha de poder disfrutar momentos plenos, comparte esa felicidad. Nútrete de ellos y regala tu sonrisa, tu presencia, tu alegría y haz de esa culpa algo positivo.
Pónlos en practica y disfruta cada momento.
Todo el gozo para ti,
Elena Santos