Tú di que si aunque te llenes de hijos

Tú di que si aunque te llenes de hijos
Déjame te platico que mi abuela tenía un dicho para todo y ese de tú di que si aunque te llenes de hijos me ha dado vueltas en la mente muchas veces antes de tomar una decisión.

Yo creo que, como no me quería llenar de hijos y mucho menos quería que mis hijas se llenarán, fui bien ruda con ellas y les dije que no.

Les dije que no a miles de tonterías sin importancia para mi, pero importantes para ellas. A los disfraces en la calle, a pintarse las uñas, a los tatuajes de calcomanía, a los de henna, a los cortes de pelo locos, bueno hasta a los chones de princesas y ¿sabes porqué? por una simple y sencilla razón, tenía miedo.

Miedo a que me hicieran exactamente lo que yo hacia constantemente, juzgar y condenar. El león cree que todos son de su condición. 

Afortunadamente para ellas y para mi, después de observar, aceptar y cambiar, he aprendido a hacer a un lado el miedo y decir que si y conste que no me he llenado de hijos. 

Así que, cuando leí el post de Witney Fleming en la revista Nes en fb me cayeron muchos veintes y decidí cambiar el refrán, Cuando la ocasión lo amerita, di que si y ten los hijos que te de la gana.

Saludísimos,

Elena Santos

Dejé a mi hija de 12 años teñirse el cabello de azul hoy. En realidad, fue más turquesa.
Y mi hija de 13 años se lo tiñó de morado. 

Cuando empezaron a mencionar la idea de teñirse el cabello hace varios meses, les dije: «Ya veremos». Las dos se sorprendieron de que no les dijera que no inmediatamente, así que lo mencionaban casualmente aquí y allá.
Traté de pensar en una buena razón para decirles que no. En la escuela no hay una regla contra el cabello teñido, no requiere ningún mantenimiento adicional y ellas estaban juntando su dinero para pagárselos. Sin embargo, se me dificultaba tomar una decisión, principalmente porque mis papás no lo hubieran permitido. Mi padre se volvió loco cuando me perforé la oreja en la preparatoria, así que el pelo azul nunca sería una opción.
Cuando lo pensé, sólo había dos razones para no hacerlo. Significaba que tenía que ya no podría controlar su apariencia, y la otra, es algo que nunca hubiera hecho a su edad. Ambas razones parecían bastante egoístas y tontas.
Entonces, finalmente hice la cita, y le dijimos a nuestro colorista que queríamos teñir las puntas, y mis hijas se fueron con un montón de cabello azul y morado. ¡Ups! Y no podrían estar más felices.
Pero aún más interesante, fue que todas las mujeres en el lugar se detuvieron para decirme que yo era una buena madre por permitirles hacer esto. Me pareció extraño, hasta que una mamá mayor comentó: «Los jóvenes tienen muy poco que contar sobre sus vidas, y cuando les damos un poco, le damos equilibrio a la relación. Créeme, eres inteligente al dejarlas hacer esto.»
Entonces, de regreso a casa cuando las chicas me daban las gracias infinitamente, les dije esto: «Recuerden que pensaron que iba a decir que no, lo discutimos, y luego llegamos a una solución juntas. Antes de que salgan y hagan algo estúpido, recuerden que siempre podemos hablar de eso primero, incluso si creen que diré que no. Denme la misma oportunidad que yo les di».
Asintieron con la cabeza y movían su cabello, me derritió el corazón verlas tan contentas por algo tan pequeño, sabiendo que probablemente tendremos que enfrentarnos a algo más grande mañana.
No creo ser una buena mamá por dejar a mis hijas cambiar el color de su cabello; pero, sí creo que hoy me gané mi lugar como madre al escuchar a mis hijas y tener consideración sobre algo que era importante para ellas.
Hoy dije que sí porque estoy segura de que habrá muchos “NO” en el futuro.
Y como dice el refrán, el cabello de hoy, se va mañana. 

Witney Fleming