Y la verdad es que mientras mis hijas fueron chiquitas funcionó y las cosas salían básicamente como yo quería, pero cuando la adolescencia nos invadió, la historia cambió radicalmente.
El trabajo de Cerebro se puso rudo y mis tácticas controladoras dejaron de funcionar. Así que como yo soy tenaz, perseverante y creativa, me dediqué a buscar artimañas más sofisticadas y poderosas. Declarándole la guerra a la autonomía de mis retoñas y de la vida en general.
Comenzó la batalla; la vida necia en moverse y yo feroz montada en el control.
Así durante años, hasta que caí agotada, de cara en el lodo y con la tristísima certeza de que no hay forma, la vida se va a mover conmigo o sinmigo.
Con la humildad que regala la derrota y con la energía que ya no buscaba dominar al mundo; descubrí un concepto maravilloso que me ha ayudado a decirle adiós al control.
Descubrí la enorme diferencia entre controlar y hacerte cargo.
Si, esa diferencia cambió mi vida y te la voy a compartir para que tú también le digas adiós al Cerebro que vive en ti.
Controlar viene del miedo, del miedo que las cosas no salgan como tú quieres, de la desconfianza terrible que tienes en que el resultado no sea para tu mayor bien. De la gigantesca soberbia de pensar que sabes lo que te conviene, lo que necesitas.
Por el contrario, el hacerte cargo viene del amor. De amarte tanto que te puedas hacer cargo de ese miedo. De desmenuzar todas las variables que lo conforman y resolver sólo y únicamente lo que está en tu mano, lo que depende de ti y soltar todo lo demás con la completa confianza que el resultado será siempre siempre, siempre, para tu mayor buen aunque tú no lo entiendas ni lo puedas ver en ese momento.
Así que, si estas listo para dejar al Cerebro que rige tu vida sin trabajo, repite después de mi:
HOY ME HAGO CARGO Y EN AMOR SUELTO Y CONFÍO. DEJO DE CONTROLAR Y EMPIEZO A DISFRUTAR. TODO ESTA BIEN Y YO TAMBIÉN.
¡¡Y así es!!
Muchas bendiciones,
Elena Santos