Sí, hoy voy a hablar de racismo y no del racismo gabacho del otro lado del río de cuadrito negro de instagram.
Voy a hablar de ese racismo encubierto de «en México no somos racistas, sí aquí ni hay negros.»
De ese racismo que llama naco, indio, gato, puto, gorda, chairo, fifi, a sus semejantes y que se disfraza de broma.
De ese problema grave que no se ve y que desde las sombras merma y ataca nuestras relaciones generando odios, resentimientos y mucho dolor.
La cuestión no es si somos racistas o no, la cuestión es que tanto y si estamos dispuestos a hacernos responsables de las creencias que nos llevan a hacer menos al otro para sentirme más.
La cuestión es, si estamos dispuestos a asumir el privilegio, que si bien no escogimos, si hemos disfrutado y desde ahí cambiar la visión para entender que nadie es mejor que yo y que yo no soy mejor que nadie.
Porque mientras no estemos dispuestos seguiremos alimentando ésta profunda injusticia que no es otra cosa que una bomba de tiempo.
Yo estoy dispuesta ¿y tú?
Mucha luz,
Elena Santos
PS Se tenía que decir y se dijo.