Cuando yo era una puberta ochentera, al terminar el año escolar, te firmaban el anuario y con el entendimiento nublado por tanto spray de pelo pa sostener el copete, te ponían con letra redondita en tinta lila:
Nunca cambies, vales chorros.
Estas palabritas se quedaron tatuadas en mi subconsciente y durante años me aterro el cambio. Cualquier cosita diferente me sacaba de centro, me daba calambres y me ponía a temblar.
Esto se convirtió en un graaaaan problema porque la vida se mueve, conmigo o sinmigo se mueve y mi falta de cooperación me hacía sufrir muchitzimo.
En medio de este asunto, me dio, mi maestra Martha Sánchez Navarro una gran afirmación que he repetido incansablemente cada vez que me da susto el inevitable movimiento de la vida.
Amo ser flexible y me adapto a los cambios con gran facilidad.
Este si duda ha sido mi lema de pandemia y me ha ayudado a entender que mi valía está en lo que soy y no en lo que hago y que los cambios son parte del maravilloso flujo que me permiten madurar.
Así que hoy, en mi anuario del 2020-2021 me escribo a mi misma.
Cambia, porque el cambio te lleva a crecer, a evolucionar y a hacerte consciente y en esa consciencia te vas a dar cuenta de que vales chorros.
¿Y tú que te escribes en tu anuario?
Muchas bendiciones,
Elena Santos
