Le he venido dando muchas vueltas a este asunto, que ya hasta pasó de moda. Pero lo quería comentar contigo.
Yo no tenía ni idea de quien era Simone Biles hasta ahora. Digo, tampoco es que domine la gimnasia olímpica, la verdad es que de estas Olimpiadas no he visto nada, más que lo que hizo Simone.
Eso me ha parecido lo más importante, lo más significativo no de estas Olimpiadas, sino de todas las Olimpiadas.
¿Sabes lo que hizo ésta mujer afroamericana, con todas las de perder en la vida y todas las de ganar en la gimnasia, que es una súper súper winner?
Tiró la toalla, sí señor, tiró la toalla en medio de todos y de todo, en medio de una presión increíble y con los colores de su país en la espalda y en la panza y por todos lados.
Eso para mi es valiosisísimo, es poner el ejemplo de algo que necesitamos aprender a hacer los seres humanos sí o sí, si queremos estar en equilibrio.
Tirar la toalla cuando hace falta es un acto de profundo amor.
Anteponer la salud física, emocional y mental a las expectativas propias o ajenas es absolutamente necesario en una cultura del never surrender.
Me parece de una enorme humildad rendirse ante lo que nos rebasa, sea, lo que sea. Esa humildad nos permite soltar el control y confiar en el proceso con la certeza de que el resultado será lo mejor para mi, sea el que sea.
Simone no se llevó la medalla de oro, pero se llevo un aprendizaje gigantesco para ella y para millones de personas que entendimos que lo más importante siempre es, fue y será el amor.
Así que, yo, ante lo que pone en peligro mi salud, física, emocional y mental, tiro la toalla ¿y tú?
Muchas bendiciones,
Elena Santos