¿Qué crees?
En medio del duelo por la muerte de mi mamá, me han bombardeado muchos pensamientos obsesivos.
Que si lo hice bien, si no lo hice bien, que si hubiera podido hacer esto, el otro, lo de más allá, que si hubiera cambiado aquello, etc. etc. etc. etc. y millones de más etcéteras.
Todos estos diálogos mentales son parte normal del proceso de duelo,
peeeeero lo hacen mucho más pesado. Al punto de llegar a decir piedad que se pare mi mente yaaaaaaaa.
Así qué, me puse indagar qué son los pensamientos obsesivos y por qué los tenemos y descubrí que:
Los pensamientos no son otra cosa que la forma en la que nuestro cerebro lidia con la realidad que se nos va presentando en el mundo material.
Esos pensamientos se vuelven obsesivos cuando sentimos que estamos en peligro y necesitamos ponernos a salvo, por lo que la mente empieza a sobre-trabajar para rescatarnos.
En mi caso, si bien la pérdida de mi mamá fue traumática, no había ya ningún peligro. Mi pobre cerebrito estaba trabajando en vano.
Por lo tanto, me di la tarea de averiguar cómo se quitan estos pensamientos obsesivos y descubrí, en mí, que una de las mejores maneras de hacerlo es:
Primero, no limitarlos. Dejar que estén y estén y estén en la mente.
Segundo, no hablar de ellos.
Hablar de otras cosas, hace que el cerebro sienta como, en realidad, ya no hay nada que resolver, que no hay peligro y que se puede enfocar en asuntos diferentes.
No me lo vas a creer, pero cuando hice eso. Cuando deje de hablar de todas esas ideas ociosas que ya no tenían ningún caso, poco a poco dejaron de ocupar mi mente.
Mi cerebro se relajó y dejó de protegerme con la obsesión, se dió cuenta de que el peligro estaba sólo en mi mente y que ya no estaba pasando nada.
Si tu también tienes pensamientos obsesivos, recuerda, déjate pensar, pero deja de hablar, resuelve lo que tengas que resolver y no hables y hables y hables y hables del mismo tema porque lo único que haces es meterte en el carrusel de la obsesión.
Toda la luz para ti,
Elena Santos
